El ajetreado ritmo de vida y la falta de zonas verdes en las urbes pueden llegar a causarnos estrés y ansiedad en nuestro día a día. La solución en principio parece fácil: debemos desconectar de los elementos que nos causan este estrés. El principal problema es que, al ser nuestro día a día, no somos capaces de identificar este cansancio mental que nos controla, y aunque lo logremos identificar y tomemos el tiempo para recuperarnos, muchos de nosotros no podemos desconectar al 100% de nuestros quehaceres rutinarios, por lo que no conseguimos descansar de verdad.