La naturaleza es diversa, diferente, “rara” en ocasiones. El ser humano también, la diferencia es que mientras en e mundo vegetal las diferencias no se tienen en cuenta o se crean sinergias entre especies diferentes (como el musgo y los árboles), el ser humano tiende a soslayar al diferente perdiendo gran parte de la riqueza que esa diferencia pudiera aportarle. Ése es el caso, en muchas ocasiones, de las personas con diversidad funcional que son apartadas de muchos sectores de la sociedad al considerar que no llegan a un cierto mínimo autoimpuesto por esa sociedad y, por tanto, se les considera menos válidos.