Las artes plásticas no sólo son hermosas, no sólo decoran. También hablan de su época, de su sociedad, de sus costumbres. Y pueden cambiar cosas. Si el Guernica de Picasso visibilizó los horrores de la guerra para la población civil o los bufones de Velázquez mostraron una costumbre de la época de usar a personas con acondroplasia para divertimento de las clases altas, ¿por qué no usar el arte para traer de vuelta a las personalidades olvidadas de la Historia?