El artista explica cómo ha sido su trabajo en este curso 2020-2021 marcado por la pandemia-. Lo hace a través de la Música y recogemos su testimonio.
«Este curso ha sido especial y se ha visto condicionado por los protocolos ante la COVID-19. Aun así, hemos podido desarrollar una serie de sesiones presenciales muy entretenidas y productivas. Nos hemos centrado en aspectos musicales como el ritmo, la melodía, la onda, etc. Para realizar actividades conjuntas que mejoren la cohesión del grupo. Sin detenernos a aspectos técnicos musicales en el proceso, los objetivos se han cumplimentado en buena parte con un trabajo grupal e individual, igualando en oportunidades a todos los alumnos y alumnas del aula.
»El juego ha formado parte fundamental, sobre todo en las últimas sesiones del curso, en la que los casos han descendido drásticamente y ciertas medidas han podido “relajarse” de algún modo.
»El caso más particular y con el que me quedo de este curso académico, es el grupo de Puebla de Alcollarín. Esta localidad de 400 habitantes, con una población principalmente dedicada a labores agrarias, ha apostado por la cultura y la formación musical y en valores de sus hijos. En el pequeño grupo con el que he podido trabajar (unos 7 alumnos), cada integrante ha ido adquiriendo un violín a lo largo del curso. Empezando en Navidad con un par de niños, se generó un efecto dominó, pudiendo tener un grupo completo de instrumentistas al final de curso. Aportando diferentes instrumentos (guitarras, percusión…), los ratos favoritos de los niños y niñas han sido los de la “orquesta”, desarrollando una serie de juegos, poniendo en práctica todas las competencias y habilidades musicales adquiridas anteriormente. En éxitos como este, creo que reside todo el potencial y capacidad de integración del proyecto MUS-E. El grado de satisfacción por mi parte, por parte del centro, y por supuesto por parte de los alumnos es muy alto.
»El trabajo y los resultados con cada grupo ha sido inversamente proporcional a la cantidad de alumnos por aula. Una disciplina como música, necesita de grupos reducidos para el mayor aprovechamiento de las experiencias musicales con instrumentos.
»Hemos trabajado desde la escucha, el respeto y el interés por la música y los demás componentes del grupo. Para prácticamente todos los alumnos, ha sido una experiencia totalmente nueva, que ha despertado mucha curiosidad. Acompañadas siempre por música, otras actividades de expresión corporal, plástica y teatro (y por supuesto el juego) han aportado competencias distintas y que prácticamente completan el programa. Al tratarse de música mayormente clásica, no hemos hecho demasiado uso de medios digitales, salvo en algún vídeo, reproductor de música y amplificador.
»El Programa es indiscutiblemente útil y necesario para los niños de este centro. Les ayuda a comprender ciertos valores, derechos y obligaciones.. Como artista, me veo en una situación similar a la de los niños de estos pequeños pueblos, con una cierta sensación de aislamiento. Todos los intercambios generados en los encuentros de formación MUS-E son tremendamente positivos, ya que personalmente me aportan muchísimas ideas nuevas y te mantienen ligado al programa y metodología».
El Programa en Extremadura está enmarcado en el acuerdo de la FYME y la Consejería de Educación y de Empleo de la Junta de Extremadura para desarrollar el propio Programa. Además, ha contado con la colaboración de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales y del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria del 0,7%.