Los trabajos en el CEIP Sagrado Corazón se hacen en el marco del Programa Proa.
Como es habitual en ella, es la propia artista la que nos desgrana de manera detalla sus sesiones en estos meses en este centro educativo del Programa en Madrid.
«Nuestra intervención ha sido realizada con una temporalización semanal. En general hemos percibido grupos cada vez más cohesionados y concienciados en no adoptar actitudes racistas y xenófobas; estamos orgullosos del trabajo que ha realizado el alumnado en ese aspecto. Se ha generado un ambiente respetuoso y con buen clima de trabajo.
»Según la valoración final por parte del alumnado, todas las actividades propuestas han sido de buen agrado para ellos, motivándolos a aprender nuevas danzas y dinámicas de movimiento diferentes.
»En general, los niños y niñas exteriorizan sus emociones a lo largo de la intervención, comunicando al resto del grupo sus sentimientos cuando finaliza el espacio de movimiento, finalizando las sesiones parece que se han dado rienda suelta a sus emociones expresándolas sin reparo ante el resto del grupo (en relación a lo que han sentido en el confinamiento).
»En todo momento se ha valorado el trabajo individual y grupal, aceptando las posibilidades y limitaciones de los demás; resaltando la riqueza que aporta el compartir las dinámicas con otros miembros del grupo.
»A lo largo de este período, se ha ido generando un buen clima, se ha conseguido que las puestas en común sean más fluidas y con mayor número de participantes a la hora de comunicar ideas, sentimientos, y valoraciones, desarrollando de esta manera el juicio crítico ante las propuestas ajenas, tanto verbales como de movimiento.
»Los niños y niñas han tenido la oportunidad de conocer alguna danza perteneciente a la cultura e identidad de origen de las familias de algunos compañeros-as, creando lazos de encuentro con la cultura de acogida, fomentando la tolerancia y respeto ante la diversidad de manifestaciones culturales ajenas.
»Por otro lado, los propios maestros han expresado la importancia de trabajar con los niños-as mediante la Metodología , pues en su rutina diaria les es imposible abordar ciertos aspectos como la educación en el ámbito intercultural y el desarrollo de inteligencia emocional, que el Programa cubre notablemente, agradeciendo las nuevas herramientas y posibilidades que se les presenta mediante la práctica de actividades artísticas como la danza, en este caso.
»Han explorado las posibilidades expresivas y rítmicas del propio cuerpo, aceptando las posibilidades y limitaciones, ayudando al compañero-a cuando lo ha necesitado».