Artista de Música, violín al hombro, Álvaro García vive sus sesiones en los tres centros que forman parte del CRA La Cipea, dentro del MUS-E en Extremadura. Hablamos con él sobre la importancia del Programa y del violín en concreto en entornos de estas características.
“En 2017, me invitaron a tocar en ‘Gandhara’, la exposición de Sofía Gandarias, que se exponía en Badajoz . A partir de ahí empecé a investigar la labor de la Fundación Yehudi Menuhin España, qué era el MUS-E y otros proyectos relacionados. Así germinó la semilla mía con el Programa”.
Esa fue la primera conexión de Álvaro García con la FYME. Este violinista se ha convertido así desde hace unos cursos en un artista MUS-E que lleva el violín — emblemático instrumento asociado indefectiblemente a la figura de Yehudi Menuhin — a las aulas MUS-E. Ahora, para este curso 2021-2022, se desempeña en el CRA La Cipea, en sus tres delegaciones: Rena, Villar de Rena y Puebla de Alcollarín, dentro de la provincia de Badajoz.
La utilidad del violín en la infancia
Álvaro, lo primero que remarca en nuestra charla, es que el violín, lejos de algunos estereotipos que puedan existir o de creencias, es un instrumento que en los primeros niveles, en las fases de iniciación, se convierte en algo sencillo de tocar. “Es un instrumento difícil, sí. Pero no en todos los niveles. En los niveles de principiantes es muy útil para los niños y niñas, porque es sencillo y sirve mucho para la afinación y el oído. No es como una guitarra. Aquí para afinarlo sólo tienes tu oído”.
A ello se le suma el hecho de que económicamente se trata de un instrumento accesible en estos primeros estadios de formación. Una accesibilidad que, como remarca, se extiende también a la manera de trabajar con el violín. “La práctica con el violín es algo que se puede implementar en las aulas. Los primeros pasos son para todo el mundo. Las complicaciones llegan ya en otro escenario, en el camino a la profesionalización”.
Pero en el contexto MUS-E, lo que importa no sólo es la pretensión musical como tal, sino que el violín y por ende el trabajo con el Programa sean una herramienta para alcanzar las competencias marcadas. “Las sesiones con el violín permiten desarrollar un muy buen trabajo en la enseñanza en niños y niñas. Se potencia la escucha dentro del aula, la igualdad de oportunidades. Con el violín el alumnado da un paso al frente, porque les une el violín en el objetivo común de todos y de todas, que no es otro que el de aprender. El violín como elemento para lograr las competencias MUS-E”.
Un niño es un niño en cualquier parte del mundo
Para Álvaro, un niño y una niña al final tienen las mismas inquietudes aquí, en España, que en Suecia o en Holanda, por citar dos ejemplos de países donde él se formó y trabajó. Precisamente fue en Suecia, en Estocolmo, donde una profesora finlandesa, en una estancia de Álvaro a través de un Proyecto Erasmus +, le abrió los ojos para la docencia con niños y niñas. “Yo la docencia con los mayores la tenía bien asimilada, pero no con los niños y niñas. Esta docente me quitó esa barrera. Pensé que lo que se podía hacer allí se podía hacer aquí. Y como dice Galiano ‘¿Para qué? Para caminar’”.
El MUS-E, completamente necesario en el CRA La Cipea
Y caminando ha hecho Álvaro su camino, que sigue en liza, fuerte, firme, ahora en el CRA La Cipea. “Son tres pueblos con sus tres centros, muy cerca el uno del otro así que voy encadenando las sesiones”, lo que no supone que todas esas sesiones sean similares. “Para nada. Existen diferentes contextos. Dependiendo del número de alumnos/as y de dónde sea la sesión, hay un perfil u otro. En Puebla de Alcollarín, de algo más de 200 habitantes, todo el alumnado tiene un violín. Es una pequeña burbuja”. Y ahí, en estos entornos, en estos tres centros de Rena, Villar de Rena y de Puebla de Alcollarín, es donde el MUS-E se convierte en un elemento necesario.
“Lo veo completamente necesario para desarrollar aptitudes sociales, respeto, respeto a cosas fuera de su entorno y/o conciencia colectiva. El MUS-E abre las puertas y empapa a otras esferas educativas de la escuela. El alumnado adquiere más habilidades y mejores resultados a nivel global en el estudio. Y lo hace gracias al MUS-E, algo que he podido comprobar con sólo tres años de trabajo con el Programa”.
Ese MUS-E que empapa a todo lo demás también tiene la facultad, desarrollada en este caso concreto por Álvaro, de adaptarse a las necesidades de cada alumno/a. “Se integran, aprovechan el tiempo, son activos/as y participativos/as. Les brindamos oportunidades en base a las condiciones de cada niño o niña”.
Lo que el MUS-E deja en el artista
Siempre el trabajo con el Programa es una labor de varias direcciones, donde el o la artista también adquieren conocimientos, palpan realidades, crecen, se enriquecen. “El MUS-E me aporta más de lo que jamás pensé que me iba a aportar. Es una formación continua, de todos los días. Todos los días descubres cosas y te sirven para los días siguientes. Te enseñan los niños/as con sus testimonios. Si no te acercas al niño/a y no te lo cuenta, no lo percibes. Se crea un flujo de trabajo y de contacto que te desarrolla como artista y como persona. No hay día de sesiones que no me vaya a casa pensando en lo que ha fallado, lo que ha funcionado. No es un cuento de hadas. Es un proceso en el que te encuentras muchas manos y muchas piedras”.
El MUS-E se desarrolla en el CRA La Cipea con la FYME y se hacen posible estos trabajos a través de su convenio con la Consejería de Educación y de Empleo de la Junta de Extremadura para desarrollar el Programa. Además, ha contado con la colaboración de la Diputación de Badajoz, de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales y del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria del 0,7%.