A lo largo de la historia, el racismo ha utilizado el color de la piel para dividir y subyugar a las personas, incluso llegando a cuestionar la inteligencia y el alma de quienes son diferentes. Este prejuicio ha causado innumerables sufrimientos y ha justificado prácticas inhumanas como la esclavitud y la segregación.
Sin embargo, científicamente, sabemos que no existen diferencias de color de piel, sino variaciones en tonalidades y proporciones de los mismos pigmentos. Todos los seres humanos comparten una composición genética casi idéntica y las diferencias en el color de piel son meramente superficiales, derivadas de la cantidad y tipo de melanina presente en la epidermis.
Para demostrar esta verdad y combatir el racismo, el artista de audiovisuales Héctor García, organizó unas sesiones de fotografía y edición de imagen especiales con los alumnos y alumnas de 3º a 6º del CEIP Ramón María del Valle-Inclán de Madrid. Siguiendo la metodología MUS-E, los alumnos fotografiaron los rostros de sus compañeros y luego, usando Photoshop, crearon imágenes de “Frankenstein” combinando partes de seis compañeros distintos. El resultado mostró que todas las personas comparten las mismas características faciales básicas, independientemente de su color de piel. Esta actividad destacó que la única diferencia es un simple matiz de color, evidenciando lo absurdo y no racional del racismo.
A través de esta iniciativa, el programa MUS-E utilizó el audiovisual para fomentar la integración y la no discriminación, enseñando a los estudiantes que las diferencias raciales no tienen fundamento científico y que la humanidad es una sola. Aquí os dejamos algunos resultados:
El programa es posible gracias a la colaboración del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la Consejería de Educación, Universidades, Ciencia y Portavocía de la Comunidad de Madrid y la Consejería de Familia, Juventud y Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid