Desde la danza y el movimiento, la artista MUS-E Alba Palacios propuso bailar gestos de cambio cotidianos para disminuir nuestra huella ecológica. El alumnado puso en común sus acciones diarias y transformó estos gestos en pasos de baile que, uniéndose, acabaron conformando toda una coreografía colectiva.
Utilizando la línea temporal del desarrollo de la clase como metáfora, los niños y niñas pudieron transladar lo llevado a cabo en la sesión a sus propias vidas, tomando conciencia de el valor de sus acciones cotidianas, la observación de las acciones de otros en las que descubrimos cosas nuevas, la importancia de sus voces y la necesidad de expresar sus pensamientos y necesidades y, no menos importante, el poder del trabajo colectivo y cómo las acciones, si son conjuntas, tienen un mayor impacto transformador.
“Fue admirable y conmovedor poder presenciar lo presentes que están las necesidades de transformación y cuidado en las nuevas generaciones. Debemos tenerlo presente para estar a la altura y acompañarlos en esa construcción de un mundo mejor para el que están más que dispuestísimos a llevar a cabo”, concluye Alba.
Esto ha sido posible gracias al Ministerio de Eduación y Formación Profesional del Gobierno de España, al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Gobierno de España, a la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, a la Consejería de Bienestar Social de Castilla-La Mancha, al grupo ERG y a la participación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria del 0,7%.