Este miércoles 2 de noviembre, en el Archivo general y Real de Navarra / Nafarroako Artxibo Nagusia – Iruña-Pamplona, y como parte de ‘Las ideas suenan’, dentro del ciclo HOTSAK/SONIDOS que organiza Jakiunde, Enrique Barón, presidente de la FYME, pronunció su conferencia ‘Por una educación musical europea’.
Música y política se entrelazan a lo largo de la historia de la Humanidad. No solo como arte o divertimento. Su relación expresa con fidelidad lo momentos estelares y trágicos de la historia, del caos a la sinfonía y la armonía.
La tesis esencial de esta reflexión es defender la importancia de la educación musical (y de las artes) cómo un componente esencial de una formación ciudadana responsable aprovechando tradición, diversidad e innovación. En esencia, sumar Mozart a Erasmus.
En ‘Por una educación musical europea’, Enrique Barón repasa el concepto y los programas Erasmus, con pinceladas de su trayectoria política, donde fue presidente del Parlamento Europeo, a la par que narra algunos acontecimientos históricos cumbres que bajo se mandado se vivieron en Europa y cómo siempre el Arte jugó un papel importante y tuvo una presencia clave en ellos. Todo ello, subrayando el influjo y la importancia del Maestro Yehudi Menuhin en la Historia del Arte.
La pandemia es algo que nos afectó sobremanera, pero la capacidad del Arte de servir como elemento para combatirla, también la puso sobre la mesa en su charla Enrique Barón, quien se refirió a la creación de la International Yehudi Menuhin Foundation en los años 90 como la capacidad de potenciar los valores del Arte, de la Música como elementos integradores. Y esa IYMF dio paso al MUS-E, que ha sido en el caso de la Fundación Yehudi Menuhin España que él preside, una de las herramientas tanto para hacer frente a la pandemia como previamente para implementar los valores que promovía y en los que creía Yehudi Menuhin.
“MUS-E se ha convertido en mi oportunidad más interesante de unir música y política. La IYMF coordina MUS-E en trece países (España, Portugal, Italia, Alemania, Bélgica, Hungría, Kosovo, Liechtenstein, Suiza e Israel), da trabajo a más de 600 artistas, con casi 4.000 docentes implicados y llega a 60.000 niños en 800 escuelas cada año”, explicaba Enrique en su charla, quien se refirió a la FYME en concreto para poner en valor todo el trabajo “en 13 Comunidades Autónomas, con 150 artistas, 2500 docentes y 37.500 niños, niñas adolescentes y jóvenes con la colaboración de 349 personas voluntarias”.
“Los artistas que trabajan en el programa MUS-E son conscientes de que su talento no solo tiene valor en el mundo de los concursos, festivales y grandes conciertos. Tiene el valor de interpretar en un aula escolar de primaria con un grupo multiétnico, añadiendo al trabajo del maestro el “fuego y entusiasmo” que solo el arte puede aportar, arte para transformar , trasformándonos, desde los valores y el desarrollo de la inteligencia emocional”.