«Conociendo el Programa MUSE desde hace ya bastantes años, me atrevo a afirmar que no se trata solo de una iniciativa afortunada de algunos artistas (aunque artistas sean muchos de sus promotores y responsables), ni tampoco una actividad dirigida solamente a alumnos con dificultades (aunque indudablemente les pueda reportar importantes beneficios). Tanto por los objetivos ambiciosos del Programa como por sus demostrados efectos pedagógicos, merece ser contemplado como un Programa que compete al conjunto del centro, que cuenta con el apoyo de toda la comunidad escolar y que se beneficia de un compromiso colectivo. Por ese motivo, tiene pleno sentido su inserción en el proyecto educativo del centro.
»El proyecto educativo es a fin de cuentas un compromiso plasmado en un texto público, aprobado por el consejo escolar de acuerdo con las reglas establecidas al respecto y con el debido nivel de formalidad, pero de carácter dinámico. No se debería considerar como un texto que plantea unos objetivos últimos, de carácter genérico y difícilmente objetable, sino que debe incluir los compromisos concretos que el centro asume en relación con su alumnado.
»Desde ese punto de vista, ha de contemplar los medios utilizados para atender a la diversidad, tanto de carácter curricular como de otro tipo, las actividades educativas específicas y transversales y los programas por medio de los cuales se van a conseguir los objetivos propuestos. Y ese conjunto de medios, actividades y programas puede y debe revisarse de forma periódica, ajustándolos a las necesidades educativas detectadas. Es ahí donde MUS-E encuentra su acomodo natural.
»La principal ventaja de concebir de ese modo la participación en MUS-E estriba en que el centro asuma un compromiso colectivo con el Programa y apueste por obtener los mejores frutos del mismo. Frente a un modelo de intervención limitado al apoyo activo de un pequeño grupo de miembros de la comunidad escolar y a la aquiescencia, cuando no la indiferencia, de la mayoría, podríamos situarnos en otro que, aun contando con una participación limitada en cuanto al trabajo efectivo, contase con el conocimiento generalizado y un apoyo amplio.
»MUS-E ha demostrado que es capaz de dar una respuesta valiosa y coherente a algunas de las necesidades educativas que se plantean en los centros. Además, ofrece notables posibilidades para hacer realidad la educación inclusiva, el desarrollo de la creatividad y la atención a la diversidad del alumnado. Por ese motivo, merece la pena que se contemple de forma explícita en el proyecto educativo de los centros que lo llevan a cabo. Así se daría un paso adelante en el desarrollo del programa, en su reconocimiento institucional y, en última instancia, en su contribución pedagógica».