El primer encuentro de un niño con la música debería ser tal que despierte y estimule su fantasía, su mundo afectivo, sus sueños y quizás hasta su ambición. La vivencia musical debería comenzar con una emoción muy intensa. Ante todo debe encenderse algo que sea tan inextinguible, tan vivo y tan poco tangible que, a través de ello, algo comience a moverse hacia una elevada meta casi inalcanzable.
Yehudi Menuhin
La figura de Yehudi Menuhin
Fue a la temprana edad de 3 años cuando un pequeño niño, que disfrutaba acompañando a sus padres a la orquesta, se quedó completamente extasiado por el sonido que emanaba del violín de Louis Persinger. Poco después, cuando tuvo la oportunidad de hacerse con uno de esos instrumentos, no tardó mucho en demostrar al mundo el gran talento que poseía, habilidad que le llevó a una convertirse, con tan solo 10 años, en un intérprete de talla mundial que recorría escenario tras escenario junto a los mejores solistas y orquestas del momento.
A lo largo de los años fue desarrollando sus criterios y valores característicos, entre los cuales destacaron la capacidad de trabajo y la autoexgencia, así como una concepción del arte completamente relacionada con la vida.
Lo que animaba mi ambición de niño de tres años, no era tocar para mí, sino más bien lo que los demás deseaban escuchar y, así, forjar lazos entre los seres humanos.
Yehudi Menuhin
El maestro Yehudi Menuhin fue una persona realmente excepcional. Nacido en Nueva York, de padres judíos ruso-tártaros, y criado en diferentes lugares del mundo como California, París y Suiza, vivió como un auténtico ciudadano del mundo. Siempre preocupado y comprometido con las causas humanitarias y la defensa de los Derechos Humanos.
Para luchar por estos valores fundó la Internacional Yehudi Menuhin Foundation (IYMF) en Bruselas y creó el Programa MUS-E con el que pretendía promover a través del arte la convivencia, los intercambios artísticos y motivar la representación de identidades culturales, centrándose sobre todo en las más amenazadas o desfavorecidas.
A lo largo de toda su vida compaginó su pasión por la música con su preocupación por las cuestiones más relevantes del siglo XX. Se posicionó como un firme defensor de la educación y la defensa de los derechos de las minorías, abogó por la tolerancia y la cooperación entre las diferentes culturas y luchó siempre por la paz, la justicia y la convivencia de la humanidad.
Como artista, supo apreciar y deleitarse con todas las culturas y trató de trasladar esos sentimientos al resto de los ciudadanos a través de su música.
“Ayúdame a conservar mi capacidad de asombro, entusiasmo y curiosidad. Permíteme despertar en todas partes el sentido de la belleza…”
Yehudi Menuhin
Si algo preocupó a Yehudi toda su carrera fue incluir el arte en el ámbito educativo, no como aprendizaje del arte o de los contenidos de las aéreas artísticas, sino para trabajar a través del arte los valores. Son muchas las voces que se alzan preocupadas en diferentes países inquietados por la progresiva desaparición de las artes y las humanidades en los programas educativos de los centros educativos tanto de primaria como de secundaria. La enseñanza por y a través del arte no es un mero entretenimiento u ocio, sino que es indispensable en la educación de un niño y aporta muchas herramientas valiosas para comprender y transformas la realidad.
Reconciliar al mundo es demasiado ambicioso, pero al menos se puede formar a los niños para ser respetuosos hacia las diferencias, que son lo único que nos permite aprender: Si todos fuéramos iguales, no podríamos ofrecernos nada unos a otros.
Yehudi Menuhin
En la Fundación Yehudi Menuhin España, fundada por el propio Maestro en 1999, nos esforzamos día a día para mantener vivos los valores inculcados por su fundador. Nos preocupamos porque la cultura desempeñe un papel relevante en la sociedad del siglo XXI, por la convivencia ante la diversidad cultural, por adoptar medidas para acabar con el racismo, las desigualdades y la xenofobia, por el papel de las artes en la integración e inclusión de niños y colectivos desfavorecidos.
Homenaje de la FYME a Yehudi Menuhin
El 22 de abril de 2016 se cumplieron cien años del nacimiento de Yehudi Menuhin y decidimos celebrarlo como se merece. A lo largo de todo el año se ha ido desarrollando un programa formado por diversas actividades destinadas a homenajear la figura del maestro, y lo más importante mantener vivo su legado.
La agenda de actividades queda reflejada en el siguiente enlace, recoge diferentes acciones tanto a nivel de conciertos, coma actividades en las más de 150 centros en los que se ha trabajado en el 2016 en España, gracias al convenio de colaboración con el Ministerio de Educación Cultura y Deportes y las Consejerías de Educación de Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid, Comunidad Valenciana, Cataluña, Murcia, Canarias, Galicia y Extremadura.
Agenda de actividades del Centenario de Yehudi Menuhin
Sin duda el acto central en España y más emotivo fue el concierto celebrado el 9 de mayo de 2016 concierto organizado por la FYME que tuvo lugar en un espacio idóneo: la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
El acto fue presidido por S.M. la Reina Doña Sofía como Presidenta de Honor del Patronato de la FYME. Asistieron los miembros del Patronato de la FYME y del Comité de Honor del Centenario de Yehudi Menuhin, junto a numerosos representantes de los centro educativos y artistas MUS-E.
Más de 200 los invitados que presenciaron el concierto en el Salón de Actos, y más de 300 personas que lo siguieron en streaming a través de la web de la European Foundation for Information Society.
Violines por la Paz
Entre todas las actividades e iniciativas que se han puesto en marcha para homenajear al violinista durante el año del centenario, una de las que más acogida ha tenido, ha sido el proyecto ”Violines por la Paz”.
La intención de la fundación era conseguir reunir el mayor número de imágenes de violines, acompañadas todas ellas de una historia, uniendo el símbolo del violin, con el mensaje de paz y convivencia que nos marco el maestro. La idea es continuar este proyecto con la publicación de un libro destinado a recaudar fondos dedicados a desarrollar y mantener el Programa MUS-E.
Todas aquellas personas que han querido aportar un granito de arena abriendo su corazón a la paz han podido enviarnos sus creaciones a través del formulario habilitado en la página web de la fundación, en la que han sido publicadas las más de 2400 imágenes que se han ido recibiendo.
Muchas de estas imágenes han sido proporcionadas directamente por los artistas MUS-E y los centros educativos en los que sus alumnos han pintado y disfrutado todos unidos por la paz y por Yehudi.
Lo más relevante y divertido de la campaña es la diversidad de imágenes: hay violines humanos, individuales y grupales, violines de arcilla, violines de verdad, violines dibujados, pintados y fabricados con cartón, manchas que parecen violines, violines invisibles, violines con material reciclado, tartas con forma de violín, fundas de violín…
Cada uno de estos violines es especial por sí mismo, porque representa la esencia y los ingredientes de las personas que los han dado vida. Todos somos diferentes y por ello nuestros violines son únicos y distintos al resto.
Lo bonito es sentarse ante una página vacía y enfrentarse a ella, plasmar lo que somos, lo que nos remueve por dentro y dar rienda suelta a nuestra creatividad y sensibilidad. Y cuando acabamos y tenemos la página llena nos damos cuenta de que nadie tendrá una exactamente igual, y eso es lo más maravilloso, que todos, independientemente de lo que hayamos dibujado en ella, somos especiales.
Cada uno de los violines que se han recibido en la fundación es igual de importante que otro porque todos están hechos desde el corazón de todas esas personas que hemos forjado lazos uniendo nuestros violines para luchar por la paz, el respeto y los derechos de todos y cada uno de nosotros. Y gracias a esa enorme variedad hemos logrado crear la más hermosa de las sinfonías.
Desde la Fundación Yehudi Menuhin España, queremos agradecer a las personas que han participado en esta iniciativa y en todas la actividades y actos del centenario porque, gracias a vuestro apoyo, el legado del Maestro sigue vivo, y seguimos siendo muchos los que creemos que otro mundo es posible y necesario, y que todos, seamos como seamos, podemos y debemos contribuir a ello aportando nuestra propia esencia y respetando la de los demás, tal y como Yehudi querría.