Saïd Ramos Ponce, ganador del concurso ‘Prodigios’: “Quería que la gente disfrutara viendo a un chico bailar danza clásica”

Saïd, durante una de sus actuaciones: 'Prodigios', RTVE

 

Este fin de semana conocíamos la noticia de triunfo de Saïd Ramos Ponce (hijo de dos artistas del programa MUS-E, Olga Ponce y Moisés Ramos) en el programa ‘Prodigios’, que ha emitido La 1 de Televisión España. Saïd, de 16 años, se erigió como el vencedor de un concurso que le ha reportado  una aportación económica y una beca estudios para continuar con lo que él considera su futuro, que no es otro que el de ser bailarín profesional.

‘Prodigios’ se organizó bajo la fórmula de tres disciplinas artísticas: instrumental, canto lírico y danza clásica. En esta última es donde tomó parte Saïd, natural del barrio La Mina, en Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Con un total de 27 participantes, 9 por disciplina, era el jurado formado por Ainhoa Arteta, Nacho Duato y Andrés Salado el que elegía a los y a las concursantes que iban pasando rondas de este concurso dedicado a los talentos más jóvenes. Al final, en el último escenario, solo podían quedar tres, uno por disciplina. Y la danza clásica, con Saïd Ramos al frente, conquistó al público del programa, que era quien elegía al vencedor en la final. Saïd se ganó el apoyo de todos con una formidable interpretación de Esmeralda, de Cesare Pugni.

El joven bailarín nos confiesa cuando contactamos con él que está todavía “en una nube, todavía no me lo creo” y que realmente no ha asimilado el éxito que acaba de lograr.

Dos eran sus objetivos en el programa. “En el concurso quería que la gente, desde sus casas, pudiera ver a un chico bailar danza clásica”, narra a la FYME a las pocas horas de haber ganado ‘Prodigios’. Saïd buscaba que se rompiera el estereotipo  de género que la danza clásica tiene para muchos, como algo femenino. Al mismo tiempo, en esta época de inmediatez y  persecución de los éxitos fáciles, Saïd quiso “mostrar la dedicación, el esfuerzo y la entrega que requiere la práctica de la danza”, que como en  cualquier  disciplina artística, además del talento requiere trabajo , esfuerzo  y formación.

“Espero este triunfo de sus frutos, ayude a dar visibilidad y buenas críticas al ballet clásico masculino. La tele es lo que tiene, que llega a todo el mundo y este concurso ha sido una buena manera de que la danza se pueda ver”.


Saïd tuvo que medirse con ocho compañeros y compañeras de danza. Finalmente el premio se lo llevó él, pero no deja de ser clave e importante el mensaje que lanza y el hecho de que él y otros concursantes hayan contribuido en la empresa de romper estereotipos anacrónicos. Porque Saïd, que ha colaborado con el MUS-E y que ha bebido de su filosofía, cree que no hay fronteras ni barreras de ninguna clase en el arte. Lo demostró con su concurso.

A sus 16 años, no solo está feliz por ganar sino porque ese triunfo ha llevado alegría a su familia, profesores y compañeros. “Estoy contento de que estén contentos y de que se pueda ver el tremendo trabajo que hay detrás”. Reivindicación de la danza clásica, de su dureza, de una labor y de una dedicación que exigen mucho esfuerzo  y constancia. Eso es innegociable.

“Que ganara Saïd es importante y no era sencillo que la danza clásica lo hiciera,” comenta Olga Ponce. Ella y Moisés Ramos creen que el hecho de que la danza saliera triunfadora en ‘Prodigios’es “muy importante, porque frente a otras disciplinas la danza suela ser siempre la Cenicienta”.  

“Es un reconocimiento a un arte poco valorado en España”, incide Olga Ponce sobre ‘Prodigios’. “Es un claro mensaje de que se necesitan artistas y no solo médicos, ingenieros o arquitectos. Es un reconocimiento al esfuerzo de jóvenes como Saïd que tienen el futuro claro”.

El plan: dedicar su vida a ello

Olga Ponce y Saïd Ramos, en el Día MUS-E del Distrito de Sant Martí

Es obvio que el influjo de sus padres ayudó a que Saïd abrazar el baile, la danza y el arte desde muy temprana edad. “La danza siempre la he llevado muy presente en mi vida. En la escuela que tienen mis padres hacía clásica, pero hubo un momento en que me quería enfocar más a ello y me llevaron al Centre de Dansa de Catalunya”.  Aquí, uno de los pasos esenciales en su formación, como ha sido el formar parte de este Centre de Dansa de Catalunya, bajo la dirección de Joan Boix y Roser Muñoz. Una escuela clave para su crecimiento y que también fue la que puso a Saïd en contacto con el programa ‘Prodigios’.

Reconoce este joven artista que el premio en metálico y la beca son dos estímulos muy fuertes para su porvenir profesional pero aclara, no obstante, que antes de salir vencedor tenía seguro que deseaba vivir de esto. “Desde pequeño siempre he querido ser bailarín. El programa ‘Prodigios’ me ha ayudado, pero es algo que he tenido siempre en la mente”.

Saïd es consciente que para alcanzar ese objetivo de ser profesional, de “vivir  de lo  que me gusta”, va a tener que ir al extranjero, donde el ballet clásico está mejor valorado. “Desgraciadamente en España no hay una gran cultura que valore este sector de la danza. Es algo que no ocurre en Francia, Inglaterra, Rusia o Estados Unidos”.

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