
El ‘kintsugi’ es una técnica centenaria de Japón que consiste en reparar las piezas de cerámica rotas y que ha acabado convirtiéndose en una filosofía de vida. Frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices.
Forma parte de una filosofía que plantea que las roturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto, y que deben mostrarse en lugar de ocultarse, incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto, poniendo de manifiesto su transformación e historia.
En una actividad llevada a cabo por la artista MUS-E Silvia Fernández, todo consiste en que el alumnado elabore su creación, la pinte y posteriormente la rompa para volver a reconstruirla, resaltando las cicatrices. Puro ‘Kintsugi’.
Porque así es como a veces nos sentimos en estos momentos tan difíciles de pandemia, pero hemos de trabajar y construirnos desde heridas y cicatrices y seguir con optimismo, juntos y trabajando en equipo y con mucho cuidado.
Porque como bien marca el ‘kintsugi’, las cicatrices son parte de nuestra historia, de nuestras vivencias y hay que tenerlas ahí, para saber qué hemos vivido, qué hemos experimentado. Y crecer.
El MUS-E en Melilla se articula a través de la FYME, del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, (Actividad subvencionada con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), del Ministerio de Educación y de Formación Profesional y de la Consejería de Bienestar Social de la Ciudad Autónoma de Melilla.