Este 2023 se cumplen 30 años del nacimiento del programa MUS-E del que España forma parte desde 1999.
30 años de defensa de la educación en y con el arte. De creencia en que la cultura y las artes son tan esenciales para la conformación de la personalidad de las personas y especialmente de niños niñas, adolescentes y jóvenes como las matemáticas y la literatura. De transmitir que ambas ramas no son antagónicas, sino complementarias pues la ciencia sin creatividad no es nada y la música son, esencialmente, matemáticas sonoras.
La música es, a la vez, el arte más íntimo y el más universal. Es íntimo porque es reflejo y no símbolo de los estados del alma Por eso es universal, como la ciencia pura, de la cual es la antítesis (Yehudi Menuhin, 1916-1999)
El Programa MUS-E es creación de nuestro fundador, Yehudi Menuhin, junto con Werner Schmitt, ex Director del Conservatorio de Berna y Vice-Presidente de la IYMF y la escritora Marianne Poncelet, actual Vice-Presidenta Ejecutiva de la International Yehudi Menuhin Foundation (IYMF). Su metodología se basó en el concepto de educación musical del compositor húngaro, etnomusicólogo y profesor Zoltan Kodaly (1882-1967).
Kodaly creía que la música debía formar parte de la educación diaria de los niños y accesible para todos ellos. Yehudi Menuhin amplió el concepto para incluir todas las artes creativas abarcando todas las culturas. Desde 1993, las asociaciones MUS-E en varios países han acumulado una gran experiencia en la implementación del uso de las artes creativas en los currículos tradicionales de la escuela primaria, trabajando especialmente con niños de entornos desfavorecidos.
MUS-E se encuentra hoy en 13 países del mundo (10 de ellos en Europa) llegando a más de 80.000 menores.
Y todo empezó por un sueño de paz… El sueño de un ciudadano del mundo que creía firmemente que “ no puede haber arte auténtico bajo las bombas, el hambre o la tortura”.
Unas palabras que resuenan especialmente en este año 2023 en el escenario internacional actual.
Hoy, 22 de abril, se conmemora el aniversario del nacimiento del Maestro Menuhin. El excelso violinista. El director de orquesta. El humanista. Pero, ante todo y sobre todo, en palabras de nuestro presidente, Enrique Barón “europeo de opción, ciudadano del mundo e infatigable luchador por la libertad”.
Yehudi Menuhin nació en Nueva York el 22 de abril de 1916 en el seno de una familia de origen judío
ruso, y muere en Berlín el 12 de marzo de 1999.
Desde temprana edad demostró un especial talento para el violín, comenzó a estudiarlo a la edad de cuatro años con Sigmund Anker, su primer maestro. Debutó a los siete años con la Orquesta Sinfónica de San Francisco en la Sinfonía Española de Lalo. Una experiencia que le uniría irremediablemente con España junto con su admiración por el compositor navarro Pablo Sarasate.
En estos primeros años de vida, Menuhin comenzó a elaborar su singular concepción musical y artística. Fue con George Enescu, su maestro en el viejo continente, cuando descubrió que “interpretar equivalía a ser”, tal y como reflejaría más adelante en su diario. Eso le hizo un intérprete, no sólo magistral, sino único, pues no se preocupaba tanto por la perfección técnica de la interpretación como por la emoción de la pieza que interpretaba, dejándose llevar por ella hasta las cotas más altas de virtuosismo y pasión.
A lo largo de los años iría desarrollando y madurando sus criterios y valores más característicos, entre los que destacarán la capacidad de trabajo, la autoexigencia, así como una concepción del arte estrechamente interrelacionado con la vida.
Le gustaba acompañar y dar a conocer todas las músicas como valor universal. Su fascinación por las distintas culturas lo llevará a tocar tanto con Ravi Shankar como con sus amigos cíngaros, destacando así que la búsqueda de la belleza y compartirla con los demás.
Su carrera artística, desarrollada a lo largo de siete décadas, es una de las más espectaculares de nuestro tiempo. Como violinista primero, y posteriormente como director de orquesta, protagonizó, junto a los mejores solistas y formaciones orquestales, importantes convocatorias en los principales escenarios internacionales. Aliando la técnica irreprochable con una comprensión extraordinaria de la música, trabajó un repertorio muy amplio: de los clásicos Bach, Ravel y Beethoven a la música de vanguardia, de la música barroca a las improvisaciones de jazz con Stéphane Grappelli.
Menuhin se preocupó, durante toda su vida, por las grandes cuestiones del siglo XX, tanto en lo relativo a la educación como a la defensa de los derechos de las minorías, en numerosas manifestaciones públicas defendió la tolerancia y cooperación entre diferentes pueblos y culturas y nunca dejó de librar batallas por la música, la paz y la convivencia entre los hombres; ante todo, fue un humanista comprometido con la defensa de los derechos humanos. En 1945 intervino en el concierto de inauguración de la ONU, volvió a actuar en Alemania, preconizando la superación de las graves secuelas de la Segunda Guerra Mundial.
Su carrera de músico y reconocimiento público, Doctor Honoris Causa por más de 30 Universidades del mundo, entre ellas la Universidad de Córdoba, le sirvieron para emprender, sin tregua, la defensa de los más débiles, lo que le valió numerosas distinciones, entre ellas: Premio Nerhu de la Paz en 1968, Premio Mundial de la Paz en 1979, Embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en 1992 y Premio Príncipe de Asturias a la Concordia en 1997, Lord Yehudi Menuhin desde 1993.
En 1991 creó la Fundación Yehudi Menuhin Internacional, cuyos cometidos prioritarios son la integración e inclusión social, educativa y cultural de niños y niñas desfavorecidos, desde el arte como herramienta de cohesión social, la defensa de los derechos de las minorías culturales, el fomento de la convivencia y la tolerancia y la creación de redes de cooperación internacional en los ámbitos de la educación y la cultura.
Como ya explicamos, crea la metodología MUS-E que podríamos sintetizar en que se centra en el poder de la experiencia directa para aumentar el saber-hacer, lo que da lugar al conocimiento.
No se trata de ser enseñado, sino de experimentar el arte y aprender unos de otros como iguales. Esta metodología se centra en la persona: el arte está al servicio de los niños al activar su ingenio, tanto como individuos como seres sociales.
En 1996 arranca el Programa MUS-E en España y será en febrero de 1999, poco antes de fallecer, cuando inaugure, personalmente, la Fundación Yehudi Menuhin España (FYME) desde la que defendemos, ampliamos y preservamos su legado pues, como dijo él mismo, “es por luchar contra las injusticias que he visto a lo largo de mi vida por lo que creo una Fundación que lleva mi nombre”.
Éste es su mandato.
Hoy, en España, más de 30.000 niños realizan el programa MUS-E. Un programa artístico-pedagógico necesario para el crecimiento completo de los menores como personas, porque el arte cultiva áreas del conocimiento esenciales para el desarrollo sano y funcional del ser humano. Eso, es MUS-E.
Os invitamos a entrar en la web de las entidades que lo conforman a nivel europeo para saber más
Feliz 30 aniversario al programa MUS-E.
Feliz cumpleaños, Maestro.