Es bastante común encontrarnos con situaciones, momentos en nuestras vidas en los que, ya sea porque nos provoca un sentimiento de rabia, impotencia, nos hace enfadar o nos irrita, sentimos la necesidad de actuar de manera impulsiva. Correr, huir correr, huir, pegar, comer de manera desmedida, insultar o gritar son unas pocas de las reacciones que podemos tener cuando nos enfrentamos a estas situaciones. Pero no tiene por qué ser así.
Mediante un conocimiento de nosotros mismos y de nuestro cuerpo, podemos llegar a identificar cuando estamos actuando de manera impulsiva y, lo más importante, saber confrontarlo y controlarlos. Es a lo que llamamos autocontrol: una de las bases para vivir en paz y armonía con los demás y, por supuesto, con nosotros mismos.
Aprender a controlar nuestras emociones no es un camino fácil: debe ser enseñado desde una temprana edad, y no debe ser nunca olvidado, ya que es también muy común perder esta fortaleza con el paso de los años. Desde la metodología MUS-E creemos en una educación basada en la comprensión desde los primeros años de edad de nuestras emociones y sentimientos para saber como controlarlos y vivir una vida estable mediante la estabilidad emocional, siempre con el arte en todas sus ramas como base.
Acompañados de María Mansilla, artista de artes plásticas, los alumnos y alumnas del CEIP Reyes Católicos de Melilla realizaron una actividad para comprender este problema y practicar el autocontrol de las emociones. La actividad consiste en unas tortugas que tienen el cuello articulado.
Las palabras del artista:
“…cuando alguien nos molesta o nos dice algo feo, no debemos reaccionar de la misma manera si no tener autocontrol. Cuando les ponemos en una situación que pueden vivir en el mismo patio del colegio, les explicamos que en ese momento podemos hacer como la tortuga, entonces ellos bajan la cabeza de sus tortugas como si se refugiaran en el caparazón.
En ese momento respiramos profundo y contamos hasta diez, tiempo para que el cuerpo se relaje. Es entonces cuando ya desde la calma podemos volver a sacar la cabeza porque ya estamos preparados para enfrentarnos a esa situación más calmado y así evitando un conflicto.
Los niños se lo pasaron genial dando color a sus originales tortugas e incluso le pusieron nombre. Algunos se las llevaron a casa y otros prefirieron dejarlas en el aula para así poder recordarles como relajarse en una situación nerviosa.”
El Programa en Melilla es posible a través de la FYME y gracias al acuerdo suscrito con el Ministerio de Educación y de Formación Profesional. Además han participado y colaborado también la Consejería de Bienestar Social de la Ciudad Autónoma de Melilla y el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 a través de su convocatoria del 0,7%.